Esta noche he soñado que mataba a Federico Jiménez Losantos, increible, me acabo de levantar y ya estoy escribiendo porque no me quiero dejar ni un detalle.
Nos había encerrado en una casa de campo vieja y destartalada a un grupo de jóvenes y nos quería matar por rojos. Contaba con la ayuda de 2 secuaces que nos vigilaban para que no nos escaparamos ni intentaramos nada raro y la muerte iba a ser por envenenamiento, como si fuera un suicidio colectivo de una secta. A la hora de preparar el veneneo,después de los discursos y amenzas de rigor, Federico me elegía a mi como ayudante para hacer bien la mezcla. En un momento de la preparación, Federico se agachaba a buscar algo en una nevera pequeña y como no lo encontraba tenía que meter la cabeza y los hombros dentro. Cuando yo lo ví, pensé "esta es la mía" (y ahora viene lo más alucinante) le daba una patada y lo metía dentro de la nevera, cerraba la puerta y con mis manos iba haciendo la nevera cada vez más pequeña y más blanda hasta convertirla en un paquete de tabaco. Era evidente, que había muerto, no había rastro de él. Yo salía al salón, disimulando, como si nada hubiera pasado. Yo decía a los vigilantes que Federico se había ido y que no había vuelto, eso si, yo con el paquete de tabaco en el bolsillo.
Entre Oscar y otros que había en la casa, trazabamos un plan de huida y desaparición del cadáver (bueno, del paquete de tabaco escachado). Unos decían que al contenedor con él, pero no, porque la policiá investigaría, lo encontraría y me meterían en la cárcel. Al final, decidimos que nos ibamos a Francia. Cuando llegamos, encontramos un contenedor enfrente de un Kebab y lo tiramos. El contenedor era un asco, estaba lleno de cachos de carne medio podrida y justo cuando nos ibamos aparecía un vigilante de los de la casa comiendo una especie de kebab (en el papel que lo envolvia salía el nombre del restaurante, pero no me acuerdo) y nos preguntaba "que haceis?" "nada nada" así que volvíamos a coger el paquete de tabaco y nos íbamos. Creo que al final lo tirábamos en Inglaterra....
Después del viaje, volvimos a la casa y estaba la policía investigando y había un montón de niños merendando en el salón, estaban todos tristes porque también tenían uno de esos vigilantes. Lo bueno, es que era imposible que me cogieran. Eso sí, debía trazar una coartada con Oscar, por si acaso y deciamos que si al final nos pillaban, les teníamos que decir que el paquete de tabaco lo habíamos tirado a una acequia..... y a está, me he dado un golpe en la rodilla con el marco de la cama y me he despertado, pero creo que el crimen quedará impune jejejejeje
besos
2 comentarios:
Muy fuerte!
Esperamos nuevas entradas, Lucy!!!
Una admiradora.
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