domingo, 22 de junio de 2008

RECUERDOS ENTEOGENICOS


Esto comienza a hacer efecto, esa luz de repente obliga a desviar su mirada y se convierte en una gran fuente de energía. El sentido de la vista se altera y en el cielo ve estrellas fugaces sin saber si son fruto de la noche de san Lorenzo o son fruto de la psilocibina.... Puede mantener conversaciones normales sin que se le trabe la lengua y sin que vea enanitos verdes saludándole, menos mal, ya sabía de antemano que no era un viaje demasiado bestia como para convertirse en antisocial, aunque entre los presentes comienza a haber un cierto cachondeo y alguien pregunta si ya ha visto pepinillos volando. Comienza a alterarse algo más que el sentido de la vista y siente que es una esponja, que el viento pasa a traves de sus poros y al momento cambia esa sensación y siente que es un muro. La ligera brisa del mar choca contra su cuerpo que ahora es pesado y como de hormigón. Vuelta a la normalidad, todo comienza a ser como al principio, solo la vista esta un poco mas sensible (esto ocurre durante toda la noche, entra y sale del estado de conciencia alterado). Alguien le presenta a un chico que quería conocerla, es el novio de una de ellas, pero ahora mismo le importa un bledo, en ese momento si que desea ser un poco antisocial.
Llega el momento de salir de la playa para entrar en el barullo de gente. En el camino le ocurre la sensación más extraña de toda su vida: nota que es la envoltura de alguien que está dentro de su cuerpo y que tiene movimiento propio. No es una sensación desagradable aunque dura muy poco (la palabra enteogeno significa "generador de un dios interior"). Comienza a llover y al refugiarse bajo una marquesina siente que el espacio se hace más pequeño y tiene que salir, pero no puede, está lloviendo fuera y las gotas caen como si pesaran 30 kg cada una.. que gran dilema! Al fin se decide a salir (siguen las estrellas fugaces) y al llegar a la calle llena de gente, nota que va dentro de un túnel.... imposible entrar al bar nocturno, demasiados estímulos sonoros y visuales.
Hay un momento de relajación y comienza el momento más enloquecido de la noche. No puede mirar el color rojo, le descarga la energía vital y para contrarrestarlo tiene que mirar el color verde, que le recarga. En un momento todo aparece rojo, las chicas con vestidos de ese color, los coches aparacados... menos mal que enfrente hay una copa de un árbol que está apoyado sobre una farola encendida...Cuando este momento se pasa, se queda mirando el cielo como una hora: admira el efecto mágico de la luna llena con nubes que hacen formas conforme pasan por delante, efecto visuales definidos y que en algún momento hacen que murmulle "oh, que bonito!".
La cosa se va relajando y al final de la noche contempla con una felicidad indescriptible la espuma que forman las olas y le recuerda a soldados blancos en miniatura cabalgando todos juntos hasta que desaparecen al llegar a la orilla.
Al final todo se acaba con un plácido sueño y un día siguiente relajado que cambiará su mente para toda su vida. A partir de ahí, mirará cada día la realidad con otros ojos y prestando atención a detalles que antes no sabía ni que existían.

4 comentarios:

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

¿Está escrito por ti?

Lucia dijo...

si, el texto es mio

Lucia dijo...

si, el texto es mio

Lucia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.